Látigos
Hay gran
variedad de látigos. Entre ellos, los hay de dos, tres y hasta ocho cadenas
provistas de abundantes hojas de acero y/o estrellas cortantes que se usaban y
se usan para flagelar el cuerpo humano. Para desollar se utilizaban látigos de
muy diferentes tamaños; gigantes como “el gato de nueve colas”, que podía
lisiar un brazo y un hombro de un sólo golpe, o finos y pérfidos, como el
“nervio de toro”, que con dos o tres golpes podía cortar la carne de las nalgas
hasta llegar a la pelvis.
El látigo de desollar se empapaba en una solución de sal y azufre disuelto en
agua antes de utilizarlo, lo que unido a sus estrellas lo convertían en una
herramienta destructiva y muy útil para el torturado. La carne, al ser
golpeada, se convertía en pulpa, dejando a la vista diferentes órganos
internos.
La
Jaula Colgante
Las jaulas
colgantes eran armazones metálicos que quedaban suspendidos en el aire por
un cable. Formaban parte del mobiliario urbano de los ayuntamientos, palacios y
cortes de justicia de las ciudades europeas, hasta que poco a poco a finales del
siglo XVIII decayó su uso.
Éste era el lugar de honor de aquellos que hubieran
cometido alguna acción, que tuviera que servir de escarmiento y ejemplo para el
resto del pueblo; o a veces, cuando el pueblo requería justicia sobre algún
hecho que hubiera conmovido a toda la comunidad, la manera de manifestar que la
autoridad se encargaba de impartirla. El caso es que la víctima, semidesnuda,
que quedaba condenada a morir de inanición, tenía que soportar las inclemencias
del tiempo. En ocasiones, tenía también que compartir su jaula con gatos
salvajes y otros animales que eran azuzados por los torturadores; otras veces,
eran la gente del pueblo los que, entre otras cosas, lo apedreaban.
En
la jaula colgante se encerraba a la víctima desnuda, la cual perecía por hambre
y sed. Usualmente, las víctimas en las jaulas habían sido torturadas y
mutiladas antes de introducirlas a las dichas anteriormente y sus putrefactos
cadáveres se dejaban ahí hasta que se cayeran los huesos a pedazos. El macabro
espectáculo se instalaba en lugares públicos a la vista de todos para que sirviera
de advertencia, siendo los cuervos y otras aves carroñeras invitados especiales
a esta festividad.
Referencias:
- La “Santa Inquisición”: Métodos de tortura. (2010) párrafo 53. Recuperado: http://www.ateoyagnostico.com/2010/08/13/la-santa-inquisicin-mtodos-de-tortura/
- Instrumentos de tortura usados por la Inquisición (I) (2011) párrafo 4. Recuperado: http://paseandohistoria.blogspot.mx/2011/06/instrumentos-de-tortura-utilizados-por.html
- La “Santa Inquisición”: Métodos de tortura. (2010) Recuperado: http://www.ateoyagnostico.com/2010/08/13/la-santa-inquisicin-mtodos-de-tortura/
- Paseando por la Historia. (2011). Recuperado: http://paseandohistoria.blogspot.mx/2011/06/instrumentos-de-tortura-utilizados-por.html
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