sábado, 6 de diciembre de 2014

MÉTODOS DE TORTURA (Parte 8)

CRUCIFIXIÓN

Consistía en no permitir que se moviera la víctima, clavándolo o atándolo, generalmente desnuda, a una cruz, normalmente hecha de madera, donde la víctima permanecía ahí hasta su muerte. Normalmente se ataba al reo a la cruz, siendo así con clavos. La muerte podía ser producida por deshidratación, hipotermia o cualquiera relacionada  por estar desnudo a la intemperie durante horas, o incluso días, además de estar expuesto a los reclamos del pueblo, que ocasionalmente los apedreaban, pero aparte de todo esto, morían por   asfixia, al agotarse, no soportaban su peso al quedar colgando, lo que causaba que los pulmones no pudieran trabajar adecuadamente y se encharcaban, provocando así la muerte por asfixia. Era posible notar que cada movimiento, iba debilitando a la víctima, hasta que no podía incorporarse en los clavos, y se asfixiaba. (La Santa Inquisición, s.f; Instrumentos y métodos de tortura, s.f).


HOGUERA

Se quemaban a los que se consideraban herejes o brujas. La muerte más famosa fue la de Juana de Arco, al acusarla de herejía.

San Agustín (354-430), declaró en esa época que los herejes eran aquellos, como: paganos y judíos, los cuales se quemarían para siempre en el fuego eterno, a menos que cumplieran con todo lo que pedía la Iglesia Católica.

Esto se realizaba después de dictar sentencia, y se realizaba como espectáculo, se contrataba a alguien que realizara la ejecución, poniendo todo para ella y recogiera madera para quemarlos, donde normalmente eran verdugos.

En Escocia antes de quemarlos, se les hacía ayunar (abstenerse totalmente de comer y beber),  y orar por varios día, posteriormente se le ahorcaba por el cuello, entonces su cadáver y con el cuerpo semidesnudo, se ataba a una estaca y se le vaciaba un barril de alquitrán (sustancia densa y pegajosa, de color oscuro y olor fuerte, que se obtiene por destilación del petróleo, de la madera, del carbón vegetal o de otra materia orgánica) para prenderle fuego.

Se creía que si la víctima estaba viva, no saldrían llamas de su cuerpo, por lo que el pueblo la golpeaba y pateaba para asegurarse de su muerte. También podían morir asfixiados debido al humo, pero eso era lo de menos (La Santa Inquisición, s.f).


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